El 21 de octubre fue detenido el compañero Miguel Márquez Ríos, a la altura de la caseta de San Martín Texmelucan, Puebla, acusado de “privación ilegal de la libertad” de personal de la CFE y la Policía Federal, así como “daños en propiedad ajena y afectación al consumo y las riquezas nacionales”, “ocasionando daños a las instalaciones”, lo cual es completamente falso, pues la hidroeléctrica de Necaxa no está en funcionamiento desde que fue tomada ilegalmente por la Policía Federal, el 11 de octubre del 2009. Y si algo han cuidado los compañeros del SME, en todas las instalaciones de Luz y Fuerza, ha sido precisamente el no afectar su fuente de trabajo, por la que tanto han peleado, para regresar al trabajo, que les fue arrebatado con argucias “legales”, por decreto de parte de su gobierno.
Lo que verdaderamente intenta su gobierno, es atemorizar a los electricistas y por ello la detención de uno de sus más destacados dirigentes. Intentan nuevamente criminalizar la lucha social en nuestro país, como ha sucedido con otros sectores, donde destaca el caso de los compañeros de San Salvador Atenco, acusados de “secuestro equiparado”, mientras eran ferozmente reprimidos por las policías, que incluso violaron a las compañeros detenidas y donde sus principales dirigentes tuvieron que sufrir encarcelamiento por más de cuatro años, al defender sus derechos y principalmente sus tierras.
Miguel Márquez es a todas luces un preso político y no como su gobierno pretende hacer creer públicamente, presentándolo como un “transgresor de la Ley”, pues el compañero ha defendido, junto con miles de trabajadores electricistas agremiados al SME, su legítimo derecho al trabajo, que les fue arrebatado de manera arbitraria e ilegal, participando destacadamente en la huelga de hambre que realizaran los electricistas en el Zócalo de la ciudad de México, durante más de 60 días.
